viernes, 16 de noviembre de 2012

Una reflexión acerca del Premio Faena 2012


Premiar la ética del ladrón anacrónico
Una reflexión acerca del premio Faena 2012

Según describe la noticia publicada en el matutino La Nación en su edición del 16 de noviembre, el jurado premia por unanimidad al proyecto de Franco Darío Vico, santafecino de 27 años, denominado Fundación Bairoletto, en homenaje al ladrón de principios de siglo que robaba “para distribuir entre los pobres”. El jurado consideró que ese espíritu contestatario y la frescura de su propuesta le permiten licuar el premio, cuyo monto será destinado a otro premio que fundará el ganador mediante la FB, designándose como presidente del jurado que hará una selección de 25 artistas cuyas obras se financiarán con una parte del premio, permitiendo la visibilidad de nuevos valores artísticos.
Si bien es cierto que todo parece loable, incluida la donación de una parte del mismo a instituciones benéficas, hay una serie de reflexiones que me invaden que quiero compartir. Premiar la ética del ladrón anacrónico en tiempos en que los ladrones no reparten nada por parte de un jurado de notables, será tomado en cuenta como la valorización de la “frescura” de un bribón que, tácitamente está diciendo al propio Alan Faena que es demasiado ostentoso poner un premio de tal magnitud frente a una Latinoamérica llena de pobres y en el sector de la ciudad cuyo valor de mercado es el más alto de todo Buenos Aires? Que su “espíritu contestatario” debe promover la reflexión del Premio Faena, quienes deberán preguntarse si no es más virtuoso proporcionar seis becas de 12 mil dólares para hacer visibles a artistas jóvenes? En la felicitación que Alan Faena le ofreció en la entrega de premios, según consigna Loreley Gafogglio en su nota, el premiado le responda socarronamente: “Finalmente logré arrebatarte el botín”, institucionalizando la ética del ladrón como metáfora propia de una nación que los posee por miles? Tal vez también que, el negocio de los poderosos esquiva de manera sistemática darle valor de mercado a los que producen en el campo de las artes plásticas?
Todo esto frente a la nutridísima participación que fue consignada en 837 proyectos presentados, con unas bases bien tradicionales en cuanto a su descripción pero que promovían interactuar con el espacio simbólico y gigantesco del viejo molino de Puerto Madero. Pues si bien estaba contemplado que los proyectos debían promover todo tipo de hibridación, la perspectiva que el jurado le abre al premio en sí, es tan incierta como inusitada, legando su representación y mandato reconocido en las bases, a un joven que hará su propio premio dentro de un premio al que aspiraron muchos artistas como se ve en la cifra de participantes.
Esta “fricción con la institución” que llevó al jurado a premiarlo, rechazando lo que evidenciaban las bases acerca de la utilización de un espacio que reclama obra potente para interactuar con el mismo, poniendo el sesgo político de “redistribución de fondos” y cuestionando la “situación privilegiada de las artes en la sociedad contemporánea” como sostiene el jurado, enfoca un nudo que creo no sabemos desatar dentro de las artes visuales en la Argentina. Nuestra historia no está sólo poblada de jóvenes valores, sino que tiene una historia fecunda, que sólo comienzan a atender cuando esos mismos artistas son buscados por coleccionistas extranjeros o proyectos institucionales serios como el Museo de Houston. Acaso no fueron Víctor Grippo, Alberto Greco y Federico Peralta Ramos, entre algunos otros, quienes hicieron de lo contestario un gesto político que sólo fue valorado mucho más tarde? Será que un joven de 27 años puede “enseñarnos” a valorizar nuevos artistas? No existen acaso muchas vías para los jóvenes y pocas y muy sinuosas para los que traen su trayectoria loable a cuestas? En todo caso, y por último, para qué sirve un premio tan suculento?
Pilar Altilio
Lic. en artes y curadora e investigadora independiente


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho que alguien se detenga un poco y piense en qué significa todo esto. Como dije en un comentario anterior, otra vez se premia la broma, el chiste, la trampa, la cosa hecha por izquierda o hecha directamente mal (belleza y felicidad, por ej.) Realmente ninguno de los mas de 800 artistas que se presentaron, merecía el premio? sólo el que se ríe del premio? habla muy mal de los jurados, muy mal de los organizadores (aunque las muestras de 2012 del arts center fueron impecables todas) y habla claramente de que la desesperacion por parecer modernos, al final, lo unico que consigue es quedar como unos bobos... gracias de nuevo por hacer un alto e invitar a la reflexion!!!!!!!!!!!