Martín Bonadeo
Una experiencia singular 
por Pilar Altilio
Con sólo cerrar los ojos los "Paisajes" de Martín Bonadeo nos 
transporta a distintos rincones de Buenos Aires Buenos Aires y, gracias a
 la magia del perfume, también podemos reconocer retratos de quienes 
pertenecen en nuestro recuerdo.
Recorrido inapresable sólo con la mirada, Vórtices aromáticos es un 
encuentro dentro de una sala de exposiciones con un material que juega 
con las relaciones entre la imagen y ciertos aromas seleccionados.
La muestra de Martín Bonadeo en Praxis, reúne todas las condiciones para demorar la atención del visitante pues dentro de la sala hay dispuestos muy pocos objetos, y es en esa sobriedad de imágenes invasivas que hay descubrir pequeños tesoros disponibles al olfato, en unos dispositivos manipulables y no.
El tema de percibir el olor de un contexto ya había sido 
explorado en una puesta suya realizada en el Espacio Contemporáneo del 
Malba donde se reproducía el crepúsculo y el ocaso del sol sobre el 
horizonte de la costa de Buenos Aires. Sutilmente a ese loop, donde el 
sol era el protagonista, le agregó un aroma sin anunciarlo al 
espectador, el del agua del Río de la Plata. Allí percibió que las 
personas tomaban en sentido más amplio esa imagen, al punto de pensar 
que ese olor provenía de su propio recuerdo.
Animado por aquella primera experiencia, Bonadeo indujo a responder 
una encuesta a sus amigos para que nominaran los olores que traen en su 
memoria sobre la ciudad autónoma. Calificaron unos cuantos, pero junto a
 un grupo de expertos perfumistas, eligieron sólo 11: la misma cantidad 
de letras que cuenta el nombre de la ciudad. Esta es la razón por la que
 no entraron otros que inevitablemente cada uno de nosotros podría 
recordar. Con este material creó unas cajas de madera que contienen un 
curioso mapa de Buenos Aires capturado en algunos aromas, agradables e 
inspiradores y desagradables y rancios.
Sin embargo la puesta de esta sala contiene muchas más alusiones al sentido olfativo. La secuencia de narices de perros que apenas salen de debajo de los portones, es una vieja serie de fotos pero también es indicio de uno de los mamíferos mejor dotados de olfato. Estas fotos se intercalan con dibujos guardados en cajas donde además de las líneas simples, que ejercen algo de la capacidad del vórtice de girar sobre un eje, está mezclado el color con el olor y cada una merece una apreciación que sólo se libera abriendo las tapas.
Conocemos con rapidez la capacidad de comunicar que los aromas 
proveen, pues somos capaces de captarlos desde muy pequeños, algunos 
aluden a la supervivencia, otros que de algún modo sabemos no son buenos
 para la vida. De modo que a lo largo de cada experiencia de vida, hay 
un posible recuento de algunas memorias olfativas. Incluso pueden 
perdurar en forma compleja mucho después, algo así como que no 
recordamos mucho las facciones de alguien, pero sí claramente cómo olía 
su perfume distintivo. Pues en esta muestra se puede apreciar una 
versión de esa sustancia invisible. La que aparece en los retratos, 
irreconocibles por estar muy pixelados, pero que huelen como aquella 
persona que está ahí sin estar realmente.
Completa el sistema una proyección donde el vórtice se recrea en el techo de la sala con una proyección de movimiento suave. Un recorrido recomendable para jugar en una introspección y detenernos en la experiencia.
La muestra de Martín Bonadeo en Praxis, reúne todas las condiciones para demorar la atención del visitante pues dentro de la sala hay dispuestos muy pocos objetos, y es en esa sobriedad de imágenes invasivas que hay descubrir pequeños tesoros disponibles al olfato, en unos dispositivos manipulables y no.
|  |  | 
Sin embargo la puesta de esta sala contiene muchas más alusiones al sentido olfativo. La secuencia de narices de perros que apenas salen de debajo de los portones, es una vieja serie de fotos pero también es indicio de uno de los mamíferos mejor dotados de olfato. Estas fotos se intercalan con dibujos guardados en cajas donde además de las líneas simples, que ejercen algo de la capacidad del vórtice de girar sobre un eje, está mezclado el color con el olor y cada una merece una apreciación que sólo se libera abriendo las tapas.
|  |  |  | 
Completa el sistema una proyección donde el vórtice se recrea en el techo de la sala con una proyección de movimiento suave. Un recorrido recomendable para jugar en una introspección y detenernos en la experiencia.
 
            
    
    
       
            
    
    
       
            
    
    
       
            
    
    
       
            
    
    
       
            
    
    
       
 


.jpg)
.jpg)

.jpg)

++Fotograf%C3%ADa+digital.+30+x+40+cms.++Sydney+-+Australia.jpg)
.++Fotograf%C3%ADa+Anal%C3%B3gica.++80+x+100+cms.+Santiago+de+Cuba..jpg)

