León Ferrari
en el Moderno
por Pilar Altilio
Una espléndida donación cedida al MAMBA por su esposa, sus hijos y sus nietos junto a acuerdos de comodato y otros préstamos, permiten recorrer un completo periplo con ese gran abanico de exploración que abrió la obra de León Ferrari.
Ferrari integra junto a otros artistas argentinos de su generación que indagaron en el texto y el acto de escribir, un grupo que exploró lo que Luis Camnitzer llamatextualización, es decir el uso del texto como una forma especial de recurrencia en las producciones artísticas. En su libro Didáctica de la Liberación, Camnitzer analiza el fenómeno especialmente en esta regiónpues sostieneque“elarte, laeducación, lapoesíay lapolíticaconvergen y lo hacen por motivos enraizados en la propia América Latina”.Algo de esta sustancia tan potente encaja perfectamente en la obra de León. El uso específico de la palabra comparable a un gesto de valor, una reserva, un hecho revolucionario pero también un hecho estético. Un activo usado para dar cuenta de sus propias reflexiones, de su modo de interpretar el mundo que lo rodeó y que le hizo pagar un tiempo con exilio y la desaparición forzada de su hijo. Encontramos esas numerosas ideas que fundan la crítica y forjan obras donde el texto aparece legitimado para la lectura, dibujado tanto como encriptado y sujeto a un código de interpretación que él mismo provee o que usa el código braille.
En 1997 sostiene “Dibujo palabras que cuentan cosas, manuscritos cuyos trazos recuerdan voces (…) Y escribo dibujos para contar pensamientos, imágenes que las palabras no saben contar.” Esa sinestesia de la palabra con la voz, del dibujo con el sonido, lo conducen a otro sistema de obra donde destacan los birimbau, o las esculturas que producen sonidos. Recuerdo la alegría que trasmitía, la de utilizar el cuerpo en todo su potencial en una de sus performances haciendo sonar esas piezas en el sótano del Centro de Experimentación del Teatro Colón. Batiendo los sentidos hasta hacer que los límites no contaran. Sin duda, esa cualidad de Ferrari de seguir el pulso creativo como un sabueso hambriento, manteniendo un gesto lo describe de cuerpo entero.
Siguiendo el material que funciona como catálogo a manera de diario se lee una semblanza: “Un eterno joven, un eterno provocador, un eterno cuestionador de todas las categorías y de todos los posibles mecanismos de poder establecidos. Un eterno irreverente, siempre disconforme y siempre claramente exclamando su posición ante el arte y ante el mundo.”
Es una gran muestra, un recorrido admirable y muy bien montado con unos toques de intimidad tanto como de paredes rojo fuego. En la sutileza de un volumen ligerísimo hecho por delgados hilos de metal, como en las jaulas literales con los desechos de los pájaros ensuciando las perlas indiscutidas de la civilización occidental. En sus delicados trazos de una liviandad magistral como en sus potentes personajes hechos de espuma pintada fluo, va de un espacio casi inmaterial, mántrico de repetición a una elocuencia que estalla de significados. Es un artista de esta periferia, haciendo uso de la porfiada actitud de ir hacia adelante con un proyecto a pura intuición, León era autodidacta y bien que demostró que podía hacerlo solo.
Tal vez esa sea una clave interesante para afectar a cualquier espectador a recorrerla con tranquilidad, pues creo que Ferrari construye un espacio de experimentación del que nunca se apartó y es un sello que pocos artistas nacionales han sabido mantener hasta el último aliento.
Actividades recomendadas:
Exposición en movimiento, Músicos interpretan a León Ferrari
sábado 12/1/ 2015 jazz,
sábado 19/1/ 2015 rock
sábado 26/1/ 2015 electrónica y experimental.
Cuadros escritos/ Taller abierto
miércoles de enero 17 hs
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