El viaje
La metáfora en sí del traslado desde un lugar a otro siempre tiene variaciones e interés. Aquello que comienza a aparecer en el paisaje como distinto, nos muestra algo desconocido, inquietante o deseado. Porque viajar es partir y llegar. Es alejarse del paisaje para encontrar otro. Olvidado o reencontrado. Novedoso o soñado.
El viaje siempre fue también un relato de proyección y concreción. Antes de emprenderlo uno prepara sus maletas, piensa la ropa adecuada, selecciona documentos necesarios y contactos en los sitios de destino. Si el viaje se propone como una aventura absoluta, el camino puede ser simplemente el hilo conductor entre muchas experiencias diferentes.
Entre el placer y el exilio, entre lo divertido y lo siniestro, el viaje es un encuentro con aquello que no estaba cerca antes. Y la cámara de fotos ha resultado la compañía ideal, lo suficientemente precisa y perfecta como herramienta para registrar aquello que “está ahí”. Analógica o digital, profesional o incorporada al celular, sofisticada o simple.
La idea es recorrer un viaje por los viajes de muchas personas. Como una buena metáfora esta muestra es ecléctica, heterogénea, imprevisible. Se gestó como una idea pequeña, difundida por correo electrónico. Fue conectando a unas y otros en diferentes lugares del planeta que enseguida se dispusieron a mostrar una parte de su historia. A muchos los conozco, a otros los comienzo a conocer desde que me conectaron, como en un viaje. Es tan temporal como la línea que une cada uno de los puntos que evidencian un nombre, un lugar y un año determinado. Algunas de las historias que me contaron quedan esbozadas aquí y muchas, seguramente, quedarán para evocar en cada uno de los espectadores.
Agradezco sinceramente a todos por acompañarme. Estoy segura que aquellos que compartan la pasión por salir al camino, sabrán ver que, como dijo Albert Einstein: La mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño original.
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