En primerísimo plano, Darío de Vidamilano, un gran amigo con su colaborado en ropa exclusiva.
Al fondo pueden ver a Pablo Dompé, hijo de Hernán y también escultor. Pero mientras el padre construye sus piezas
con pequeñas cosas encontradas allí y acá, Pablo se lanza a dominar el bloque, a pulirlo, hacer de la materia dada algo nuevo.
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