Dedicado a la persona de su confianza, Juan Carlos Castagnino quien tenía el oficio del artista que trabaja por la mañana con color y por la tarde en tintas. En sus series de caballos, esa cotidianeidad con un mamífero tan sutil como el caballos, un observador pertinaz de las cualidades de las líneas del caballo libre, libertario, en movimiento.
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