sábado, 21 de mayo de 2011

mi marido y yo, yo y mi esposa

Acerca de Mi marido y yo, yo y mi esposa

La temática del cuerpo es casi el 85 % de la producción del arte contemporáneo, sólo un 45 % de ese porcentaje hace algo performático o se propone como modelo de su propia obra, cuando no es la misma obra su propio cuerpo. El 40 % restante de aquel porcentaje, alude al cuerpo en sus extensiones: vestido, silla, maniquí, molde, etc; y otra parte a cualquiera de los sentidos: sonido, efectos visuales, implicancia del cuerpo del espectador en recorridos o agacharse o trepar o accionar palancas o leer textos.

El cuerpo, considerado como una construcción cultural, tiene además de esta cosa modificable, intercambiable, construido y deconstruido, puede ser modelado por diferentes posibilidades. Pero en la obra de Nico la cuestión del otro cobra mucha importancia pues si bien está implicado el vínculo, el otro es un conocido que a la vez se ofrece a la mirada de otros desconocidos, en una otredad que tiene identidad en el nombre, la cara y el cuerpo.

Creo que Nicolás tiene un potencial enorme como artista, inscribiendo un capítulo nuevo a la cuestión del mirar del espectador. He curado ya dos muestras anteriores que incluian su obra. En 2009, "El Viaje" en CCR donde la metáfora era el viaje por los viajes de muchos otros y tomaba el recorrido del pasillo central de 88 mts, de manera que para verlo había que recorrerlo. Ahí lo de Nicolás (entre otros 58) eran unas fotos de Rusia donde el color de las estaciones de trenes era el color del frío aunque no se viera ningún otro dato. En 2010 hice "Miradas Nómades"  en Fundación Klemm donde la idea era tomar la cuestión del fotógrafo viajero, ahí Nico expuso por primera vez su serie "Dormidos". De todo esto hay datos en mi blog que figura abajo en primer término.

Conozco muchos artistas jóvenes pero creo que la sutileza que tiene su discurso creativo es su particularidad además de implicarse en cada obra que produce, armando ensayos fotográficos que se despliegan siempre con excelente calidad. Esa particularidad está muy patente en esta muestra cuando no sólo ves la confección de los cuerpos sino el fondo tan piel casi como el propio cuerpo, algo que sin duda lo coloca en la distancia necesaria para acercar cualquier espectador sin hacerlo incomodar. Mucha obra en donde el cuerpo es expuesto es violenta, cruda o despiadada, esta está llena de amor y eso la hace muy particular.

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