Cumplidos 62 años, Elía se propuso consumar un
viejo mandato, retomando una de sus fuentes de inspiración, el escritor Julio
Cortázar que influenció a toda su generación. En 1986 Roberto gana la Beca
Guggeheim indagando con recursos visuales y creativos de su particular poética,
el libro “Rayuela” dentro del cual en el capítulo 62 se esboza el germen de su
famosa novela, considerada la más experimental “62 Modelo para armar” publicada
en 1968.
A propósito de comenzar la lectura de aquel
postergado texto, los caminos de su percepción le indujeron una cierta
revelación: aquello que había sido pospuesto no estaba entre sus intereses
actuales, pero sí, y con una claridad inusitada, la de reveer su trayectoria,
ubicando los segmentos nodales de su relación con el texto, con los autores,
con la palabra escrita, junto a los grandes artistas visuales que fueron sus
maestros virtuales. En ese camino, acordamos situarnos en una recuperación de
cada parte de ese recorrido azaroso, meandro peculiar que pudo sintetizar en un
esquema que aquí se reproduce.
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